27.7.08

Cómo casarse y no morir en el intento /Previa

Hace mucho que no actualizo este blog. Se avecinan varios cambios inminentes en mi vida; algunos de ellos ya los veníamos rumiando, y otros son más bien imprevistos.
Desde principios de este año, Sofi y yo ya veníamos pensando en mudarnos juntos en algún momento del año que viene, pero en un comienzo nuestra prioridad había sido buscar casa. El tema del casamiento, que también estaba contemplado como posibilidad, de algún modo estaba facilitado porque nuestra intención era casarnos en el campo de la familia de mi vieja. Por eso, queríamos resolver el tema de la casa primero, y hacer el casamiento en algún momento del 2009, sin la presión de buscar lugares ni de reservar fechas. En casa de Sofi, ya se habían ilusionado con un casamiento "campestre", como fue el de Leti, la prima mendocina de Sofi, allá por el 2000.
Si bien teníamos via libre por parte del capo di tutti capi (mi abuelo), finalmente la opción del campo para casarnos quedó descartada, por un lado por la lejanía (está en la zona de San Pedro, a más o menos 2 horas de viaje), y por el otro porque el acceso a la estancia sigue siendo de tierra. Por eso, la lluvia podría arruinar la fiesta por más buena voluntad y previsiones que uno haga. Además, a mis viejos –y fundamentalmente a mi viejo– no les convencía la lejanía, ni la necesidad de montar toda la infraestructura de una boda tan lejos.

Esto fue más o menos a principios de junio. Además, en mayo yo empecé a dar un taller literario los sábados en Villa Adelina, y esto hizo que Sofi y yo nos viéramos cada vez menos, porque este año estoy trabajando en los colegios toda la semana –excepto los jueves, que dejé desocupados para el Programa de capacitación en ELSE–. Si a eso le sumamos el taller de los sábados, yo estaba (y estoy) yendo para La Plata recién los sábados al mediodía, y volviendo los domingos a la tarde. Y encima solemos ocupar las tardes de los sábados para ver casas y propiedades...
Por eso, después de charlarlo, resolvimos adelantar el casamiento y la mudanza para principios del año que viene, de modo de que yo pudiera arrancar el año consiguiendo un mejor horario en algun/os colegio/s de la zona, y sobre todo para no pasar un año más viéndonos tan pocos días por semana...
El tema del casamiento cayó de modos muy distintos en la casa de Sofi y la mía. Fue curioso, porque cuando lo charlé con mis viejos yo hice énfasis en el tema de conseguir un lugar donde vivir, pero lo primero que escuché de mis parientes (tíos y tías a quienes les habían llegado las noticias) fue: "¡Así que te casás!". Y paradójicamente, cuando relegamos lo de la casa para poner la energía en el casamiento, a mis viejos les pareció que la fecha estaba demasiado cercana, como si nos estuviéramos apresurando.
Lo cierto es que con el casamiento se cumple un ciclo en lo de Sofi, mientras que en casa éste recién se inicia. Yo soy el mayor de los hermanos, y como tal casi siempre me toca "sentar precedente" en muchas cosas. De algún modo, que se te case un hijo marca el final de una etapa de tu vida y el comienzo de otra. Y señala que estás envejeciendo.
Recién cuando nos pusimos firmes en la búsqueda de un lugar donde casarnos, mis viejos lo fueron aceptando, y además fue imprescindible una reunión de los "futuros consuegros" para charlar y arreglar los detalles del casorio...

Planteada esta situación, empezó nuestra paranoia: ya que el campo no estaba disponible, íbamos a tener que buscar un lugar donde casarnos, y no faltaba tanto para la fecha (apenas 7/8 meses, porque lo haremos a fines de febrero). Había que empezar a pensar en todo, desde cero.
Por eso, les propongo que nos acompañen en el a veces apasionante y otras escalofriante tour "Cómo casarse y no morir en el intento...".

Ya estamos recabando "buenas ideas" para el casamiento...

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