8.1.10

Wakefield

En noviembre presenté en las XLI Jornadas de Estudios Americanos (entiéndase "Estadounidenses") una ponencia/ensayo sobre "Wakefield", el cuento de Hawthorne. Había dudado mucho en hacerlo, porque me parecía poco académica: casi no tiene citas de autoridad, y es un recorrido textual más de disfrute que de análisis, me parece a mí. Por eso me sigue gustando a pesar de que lo escribí hace por lo menos tres años, o más.
Cuando presenté el trabajo, dije que el personaje de Wakefield "me persigue desde hace algún tiempo". Efectivamente, el año anterior había leído La habitación cerrada, de Auster, y me había resultado perturbadoramente similar a "Wakefield", aunque no sabía si era intencional, o si era mi propia obsesión la que me hacía ver Wakefields por todas partes.

Quizás en ese momento no lo sabía, pero hace poco me di cuenta de que lo que me persigue no es el enigma de por qué Wakefield abandona a su mujer. Por el contrario, tomé conciencia cabal de que siento una identificación profunda con ese personaje irresoluto y especulativo que aparece al comienzo del cuento y después se esfuma. La inacción y pasividad de Wakefield, su estatismo cuando sabe que las cosas van a abalanzarse sobre él, es lo que me identifica. Sólo ahora se me ocurre que quizás el drama de Wakefield es que no sabe qué hacer, y sólo resuelve la situación (toda situación) a las apuradas y sobre la marcha. Tal vez por eso pasa veinte años fuera de su casa y cree que transcurrió apenas una semana.
Hice una lista de cosas a hacer cuando estuviera de vacaciones, y ahora que lo estoy, hay cosas en la lista que aún no hice y que sigo posponiendo. No creo que sea porque no quiero hacerlas: simplemente, como Wakefield, espero que las cosas se abalancen sobre mí, que literalmente me caigan encima. Como un muro, siempre hay algo que se pone delante de mí antes de que pueda realizar "eso que tenía que hacer". Como la entrada que estoy escribiendo en este blog, que se me impuso por sobre otras cosas sin duda más urgentes.

6.1.10

Digo yo...

...¿Esta payasada de que Ricardo Fort esté las 24 horas en tevé, no será sólo una campaña pergeñada por FelFort para vender un poco más de Marroc, Dos Corazones y chocolatines Jack?

Algunos ejemplos burdos:
"Ricardo Fort llora a Sandro"
"Fort le canta a su madre"
"Ricardo Fort fue a ver a Gasalla y revolucionó el centro marplatense"
"Hadad no pudo resistirse al encanto de Fort"
"Encuentro exclusivo: Mickey Rourke-Ricardo Fort"

(A propósito, escuché que va a salir un chocolate Jack ¡con una figura de Ricardo Fort!)
Por si fuera poca la tautología, la playa del millonario en Mardel se llama "FortBeach", y su obra de teatro, "FORTuna".

Otro titular notable, en "Un mundo perfecto", el programa de Pettinato: "Hace 10 minutos que no mencionamos a Ricardo Fort".
De todos modos, la palma se la lleva esta frase de Moyano: De Narváez "sería la versión colorada de Ricardo Fort".