3.10.09

¿Por qué engordan los casados...?

El viejo chiste dice que el soltero llega a su casa, abre la heladera, ve lo que hay y se va a la cama, y que el casado llega a su casa, va a la cama, ve lo que hay y se va a la heladera...

Pero más allá de esto, acá ofrezco una explicación alternativa de por qué se supone que engordan los casados (aunque no me parece que nos esté ocurriendo particularmente a nosotros): quizás porque por fin te dedicás a preparar y comer sólo lo que te gusta.
En estos meses de convivencia solos (2 meses y 1 semana: recuerdo bien que nos mudamos el día del amigo, en plena emergencia de gripe A y vacaciones), nos dimos el gusto de comer algunas cosas que hubiesen sido infaliblemente bochadas en casa de nuestros padres. Estamos consumiendo bastante verdura, a veces fuera de lo común (por ejemplos, hojas de remolacha, brotes de alfalfa, y todo lo que se vea lindo y no esté muy caro) y mucha legumbre y cereal "raro" (lentejas, trigo burgol, arroz, quinua, y la cebada resultó ser interesante, parecida al arroz, quizás más dulzona). La comida siempre ocupa una parte importante de nuestro día. Es rarísimo que compremos comida hecha, y casi siempre es el momento de relajarse y ver un poco de tele mientras comemos (además, descubrimos otro hecho importante: se puede vivir sin cable, con una antena de aire bien puesta).
Estas fotos son un muestrario más o menos variado de muchas de las que fueron nuestras comidas en estos meses, por esa compulsión un poco ridícula que tengo de sacarles fotos a los platos. ¡La mayoría me trae gratos recuerdos...!

1. No hay foto de ella, pero recuerdo bien lo que fue nuestro primer almuerzo en la casa: fui a una casa de comidas que está a 3 cuadras y compré una tarta con berenjenas en escabeche y una Coca-cola. También hay que mencionar el asadito con Willy y Agus, que fue simultáneamente un estreno de la parrillita y nuestra primera cena en casa, aunque prácticamente carecíamos de todo elemento culinario (tuvimos que traer los vasos y cubiertos de lo de Sofi, porque todavía no los habíamos mudado).


2. Éste es un guiso que comimos la noche de la mudanza, aprovechando unos porotos blancos que teníamos. Tenía mucha verdura y venía bien para combatir el frío de la época.


3. Una de las primeras "inauguraciones" de la casa: carbonada con amigos a fines de julio (previa picada) estrenando la ollita de hierro que compramos. La receta es de Felisa Ramos, la mujer que nos alojó en Cafayate, Salta. Las otras dos, con mi familia y con los Calvente respectivamente, usando la parrilla porque el día estaba lindo, y porque un buen asado al pan es lo más fácil para alimentar mucha gente.

4. Una riquísima tortilla de verdura (papa, batata, calabaza, perejil) hecha al horno: un gran invento que descubrimos en Samay Huasi, la casa de descanso de la UNLP en La Rioja, donde teníamos pensión completa y nos embuchaban de lo lindo.

5. Creaciones con pollo. En general, siempre compramos patamuslo, congelamos y vamos descongelando: solemos comer pollo más o menos una vez por semana. (Ah, y también milanesas de pollo los sábados al mediodía, hechas al horno). El primero es un pollo a la cacerola con tomate, papa y papines andinos y una provenzal con bastante ajo. El segundo, picante de pollo con quinua y papa hervida. La receta es del libro Cocina criolla. Guisos, cazuelas y sobremesa (ed. de Ricardo Sabanes. Buenos Aires, Emecé, 2004), que me regalaron Bebi y Angie, y que me encanta.

6. Debido a lo barata que está la verdura, solemos comerla bastante seguido en tartas, tortillas y budines. A los dos nos gustan mucho la coliflor, el brócoli, la espinaca y la acelga, así que esos elementos se repiten bastante (en combinaciones diversas) como rellenos de tarta, habitualmente con mozarella o queso cremoso. Como rareza, puedo mencionar la tortilla de hojas de remolacha y brotes de soja (buenísima por la combinación blando/crocante), y la tarta de brócoli y brotes de alfalfa. En sí esos brotes son un poco insípidos, pero le dan una consistencia interesante al relleno, un poco más densa o fibrosa, porque son muy finos.


7. Un gran plato de la familia Calvente: polenta al horno con bolognesa y queso. Imbatible contra el frío.



8. Últimamente estuvimos tratando de comprar más pescado. La primera vez fue un "pez pollo" (sic) con puré de batata, y la segunda, unos pejerreyes chiquitos que hicimos fritos y que estaban increíbles (a mí lo frito siempre me tira más que a Sofi, siguiendo con la tradición Costantini-del Campo).


9. Son bastante trabajosas de hacer, pero muy ricas: berenjenas a la napolitana. El problema es que hay que cocinar las berenjenas antes, a la plancha con oliva o Fritolim, y recién después armar la torre de berenjenas, salsa de tomate y queso. Igualmente es un flor de plato. Otra variante que salió muy rica fueron las berenjenas al horno, rellenas con carne picada y cebada. Muy buenas.

10. No tengo foto, pero sí el recuerdo de un increíble "risotto rojo" con arroz, remolacha y queso sardo, otro gran plato contra el frío. La receta la saqué de Internet, y no falla. Y lo que me dio mucho más trabajo fueron los ñoquis de remolacha, cuya receta estaba en el Gran libro Clarín de cocina italiana, de Blanca Cotta y Ennio Carota (antes de ser un pendeviejo boludo que se la pasa criticando el risotto y tiramisú de los demás). Les puse una salsa bastante sencilla de hongos secos, tomate, cebolla y oliva, y lamentablemente todavía no tenía aromáticas frescas para agregarles.


11. Este plato fue bastante experimental, y salió mucho mejor de lo que esperábamos. Buscamos alguna receta que nos permitiera aprovechar las pencas de acelga, y la encontramos en Cómo cocinar sin carne. 1051 recetas, de Clara de Hess (Buenos Aires, Distal, 1990). Esta receta, que lleva el curioso nombre de "Emparedados de pencas de acelga con queso", no es otra cosa que pencas de acelga previamente hervidas, con las que se hace un "sándwich" que tenga en medio un pedazo de mozarella. Se pasa por huevo y pan rallado y se fríe. Son riquísimas. Y se puede hacer lo mismo con el cardo, si se consigue.


12. Ya comenzando septiembre, Sofi se lució con un panini relleno de espinaca y queso.


13. Un buenísimo guiso de lentejas, en dos versiones: la primera, con carne; la segunda, con cebada.

14. Un fin de semana (habrá sido un sábado, a mediados de septiembre), nos pusimos a hacer relleno de empanadas de carne, para cocinar en gran cantidad y congelar. Mis almuerzos en IES (mi laburo en Capital) lo agradecen enormemente. Hicimos empanadas salteñas, porque yo no soy muy amante del huevo duro ni las aceitunas.



15. Un lujo de tarta: ricotta, champignón y puerro.

16. Con un pedazo de palomita que teníamos congelada de la carbonada, hicimos este estofado de carne para comer con fideos. Me encanta comer pasta con estofado cada tanto.

17. Estos son dos panes alemanes que preparé un sábado a la noche, para comer con picada y cerveza mientras veíamos una película (y de paso aprovechar la cerveza sin gas que me sobra y que voy guardando). El resto lo congelamos y estaba bárbaro para comer con miel o mermelada en el desayuno.


18. Otro gran plato de mi suegra Renée: la "pizza Loprete", una tarta de espinaca con dos tapas, que lleva encima relleno de pizza; en este caso, enriquecido con anchoas y aceitunas.


19. De postre, los dejo con una foto de las increíbles cosas que hizo Sofi para mi cumpleaños: torta de Lintz, mini-tortitas negras, pepas de membrillo y sésamo, crumble de pera, avena y azúcar negra, y el espectacular rogel que hizo de torta principal. Tampoco puedo dejar de mencionar las tortas que trajo Angie, que arrasaron en éxito.

8 comentarios:

Cathy dijo...

Hola Vicente,

Me gusto mucho ver y leer sobre la comida en tu blog.

Por favor pasame las recetas de las lentejas y la pizza rellena de vegetales.

Muchas Gracias!

Cathy

Vicente Costantini dijo...

Acá va la receta del pan alemán:

Pan alemán
Por Marcelo Vallejo, del libro Panadería casera.
(Buenos Aires/Madrid: Atlántida, 1998.)

–3 panes chicos o 1 pan de molde–

Ingredientes:
20 g. de levadura
200 cc de leche
100 cc de cerveza
40 g de azúcar: puede ser azúcar blanca, rubia o negra
50 g de manteca
1 cdta. de extracto de malta
500 g de harina
1 cdta. de sal
Germen de trigo, a gusto.

Preparación:
Mezclar la sal en la harina: eso evitará que la harina afecte de manera directa a la levadura (y al levado en general). Puede reemplazarse 1 taza de harina por 1 taza de germen de trigo. Disponer la harina en forma de corona en un bol. Colocar en el centro la levadura desgranada, a temperatura ambiente.
Entibiar la leche y la cerveza, y disolver en éstas el extracto de malta. El líquido no debe estar muy caliente ni muy frío. Incorporar y mezclar el líquido a la levadura, y agregar el azúcar, la manteca blanda o “pomada”. De a poco, ir incorporando la harina a la mezcla del centro. La regla de oro es ir “del líquido a la harina”: es decir, agregar la harina que sea necesaria. La masa debe ser siempre flexible y nunca dura, porque si le falta se le puede agregar más harina, pero si le sobra harina ya no tiene arreglo.
Mezclar hasta que vaya quedando una consistencia que no se pegue a las manos, pero que tampoco sea dura. Formar un bollo, amasarlo durante 10 minutos (agregando de a poco harina, de ser necesario) y dejarlo levar en un molde rociado con fritolim, cubierto con polietileno o con una bolsa de plástico.
Dejar levar una hora, hasta que doble su volumen. Sacarle el aire (desgasificar) la masa hundiéndole la yema de los dedos, sin clavarle las uñas. Darle forma de bollos o de pan de molde y poner en el recipiente, rociado con aceite o Fritolim, donde vaya a hornearse el pan. Dejar levar unos 30 minutos más, o hasta que haya levado lo suficiente. Antes de hornerlos pueden hacerse cortes transversales sobre el pan con una gillette para darle un efecto decorativo. Llevar a horno a fuego moderado con vapor (una cubetera de hielo debajo, puesta sobre alguna plancha o molde de aluminio) durante 20 o 30 minutos hasta que el pan tome un color dorado suave. Pincelarlo con agua al retirarlo del horno para darle brillo.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Vicente Costantini dijo...

¿Será posible que todos los pelotudos que dejan comentarios sean spammers con publicidad o, peor aún, robots que ni siquiera leen lo que yo escribo?

Vicente Costantini dijo...

Completo el pedido de Cathy con la receta de la tarta de vegetales a la pizza:

Pizza Loprete (tarta de vegetales con cobertura de pizza)
Ingredientes

2 tapas de masa para tarta
Acelga, 1 atado
Mozzarella, aproximadamente 400 g
Tomate fresco o salsa de tomate
Cebolla, 1 mediana, rehogada en aceite o cocida en agua hirviendo
Optativo: aceitunas, anchoas

Preparación
Limpiar la acelga quitándole las pencas y hervir las hojas en una olla. Dejarla enfriar un poco y picarla bien.
Poner una tapa de masa en una tartera rociada con apenas de aceite. Distribuir la acelga y tapar con la segunda tapa (como si fuera un pie o una pascualina). Cocinar en horno a temperatura media y sacar antes de que se dore.
Poner sobre la segunda tapa tomate cortado en rodajas o salsa de tomate, mozarella cortada en cubitos, la cebolla y, a gusto, anchoas o aceitunas. Volver a colocar el horno para que se derrita el queso y se dore la masa de tarta. Queda muy bien con un vino tinto o rosado.

Leandro dijo...

Increíble. Yo tuve la misma teoría, y la sigo sosteniendo, en mi segundo matrimonio, cocinero de la casa yo, luchando contra la ingente tripa. Vi tus platos y a las diez de la mañana ya quería comer, jajaj.