22.12.07

¡Dígame Profesor!

El principio del fin, que le dicen.

El miércoles pasado rendí Literatura Francesa, que venía preparando desde mitad de año. Mi intención inicial había sido rendir en septiembre, pero realmente eran muchos libros largos, y la mayoría me habían quedado sin leer de la cursada.
Así que durante la segunda mitad del año, mis ratos libres en trenes, fines de semana, consultorios médicos, se fueron repartiendo entre El extranjero y La caída de Camus, Rojo y negro de Stendhal, Madame Bovary de Flaubert, El tiro de gracia de Yourcenar, entre otros.
La última semana de estudio fue muy intensa, pero por suerte llegué a preparar bien mi tema y el final transcurrió con relativa soltura.

Desde hacía un tiempo ya que venía calculando cuánto me faltaba para recibirme, porque una de las consecuencias de nuestro libremente "electivo" Plan de Estudios, es que nadie sabe nunca cuánto le falta para terminar, cuántas materias debe cursar, ni mucho menos en qué orden. Me parece que el hecho de que muchos tarden (bah: tardemos) tanto en recibirnos, está vinculado bastante con esto.

Como hay pocas materias de diferencia entre el Profesorado y la Licenciatura (concretamente, las dos materias didácticas vs. dos seminarios de grado), la mayoría de los estudiantes de Letras hacemos el "esfuerzo" y después pedimos los dos títulos. Con Literatura Francesa aprobada, puedo empezar a tramitar el título de "Profe", y ahora me faltaría aprobar dos materias más (una, con examen oral; la otra, con monografía) para recibirme de Licenciado y terminar de una vez la carrera.

Para que no hubiera malentendidos, decidí que no iba a festejar formalmente esta recibida, porque en realidad me faltan las otras dos materias para terminar la carrera. Además, al ser examen oral, no tenía idea a qué hora me iban a tomar, ni tampoco cómo me iba a ir (aunque, seamos sinceros, aprobar pensé que aprobaba). Pero cuando volví a casa, mi recientemente recibida, hueveada y enchastrada hermana comenzó su venganza, amenazando que me iban a huevear. Mi vieja, mi hermano Facu (y de colado, su amigo Lucho) contribuyeron a la enchastrada, porque de prepo me tiraron huevos, mostaza, ketchup... Y lo peor de todo: chimichurri en la cabeza. Así que me tuve que cortar el pelo, porque no me causaba mucha gracia andar sacándome ají, orégano y salsa provenzal del cuero cabelludo.

Acá, algunas postales de la enchastrada, como preparación para la gran recibida que, espero, será el año que viene.



Actualización de 2010: Evidentemente, tardó mucho más que lo calculado, y pasaron muchas cosas importantes en el medio, pero me alegra poder decir que ¡me recibí de Licenciado! Para variar, tenía que pensar que se me vencía la última monografía para hacerla. Y además, fue gracias a un malentendido: me apuré porque pensé que se me vencía en julio, cuando en realidad tenia tiempo hasta marzo de 2011. En fin: ya está. ¡Ahora sólo queda festejar...!

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