10.10.07

Encuentros cercanos del Tercer tipo /Antecedentes

El lunes pasado dije en la sobremesa: "Este miércoles viajo". Mi vieja ya lo sabía hace como un mes o más; mi viejo, en cambio, preguntó por décima vez "¿Adónde?". A veces me da la sensación de que las cosas no se le vuelven reales sino cuando las tiene enfrente; por eso volví a explicarle que viajaríamos a Mendoza con un grupo de compañeros de la Facu, para el Tercer Encuentro de Estudiantes de Letras.

Los dos anteriores fueron en Buenos Aires, el año pasado y el anteaño. En el primero participé francamente poco, pero quedé muy contento y entusiasmado. Recuerdo con cierta vaguedad la mesa de editoriales en la que estaba la gente de Siesta, el editor de Marcela Croce, Cristian Di Nápoli presentando Eloísa Cartonera, y también había un tipo de un centro cultural cooperativo de zona Sur.
Ese año estaba cursando Problemas de Literatura Latinoamericana, así que la invitación para escuchar a Marcela Croce discutir con Eduardo Romano, Miguel Vedda, Leonardo Funes, y sobre todo con Julio Schvartzman, nos tenía a los alumnos como público cautivo. Finalmente Schvartzman se excusó de venir, pero la mesa estuvo buena igual. Hacía mucho calor y había mucha humedad, recuerdo.

Es todavía más raro cómo empecé a participar en el Segundo Encuentro del año pasado: recibí el e-mail en el que se nos informaba a los asistentes y/o expositores del I Encuentro que podíamos pasar a buscar el CD con las Actas en un día y horario determinados, en el bar Platón.
Ese día tenía que ir a la Facultad, así que pasé y me encontré con un pibe de anteojos preparando una clase para el colegio secundario con Sueño de una noche de verano. Me enteré más tarde que se trataba de Martín Yuchak, alias "el Pelado" (quien en ese momento no ostentaba las lanas locas que estuvo presentando en los últimos días).
El problema era que yo me había equivocado de día: las Actas se entregaban la semana siguiente, y por eso el muchacho en cuestión no las tenía encima. Igualmente me senté a charlar un rato con él, porque desde hacía una tiempo que me venían surgiendo algunas dudas y reflexiones por distintos problemas que implicaba la cursada de la carrera. Por ejemplo, cursando Literatura Europea del Renacimiento había comprobado que existe una separación muy difícil de sortear entre las Letras Modernas y Letras Clásicas (dependen, incluso, de Departamentos distintos dentro de la Facultad). De modo que, aunque quisiera saber más sobre los clásicos que se presentaban cada vez más ostensiblemente como un fundamento para entender todo lo que vino después de ellos, no tendría más remedio que atravesar todos los niveles de Latín y Griego para ingresar a ese selecto mundo. O al menos eso es lo que me dijeron en el departamento de Clásicas cuando fui a hacer explícitamente el planteo.
En fin: charlamos acerca de distintos problemas que tenía la carrera tal como existe hoy, y justamente yo le pregunté si no había un espacio en el II Encuentro para discutir el Plan de Estudios. Me dijo que no, pero que se podía hacer.
Durante algún tiempo fui, para la gente del Grupo de Estudiantes de Letras que organizó el Encuentro (en adelante el GEL), algo así como un personaje que había inventado el Pelado para justificar sus opiniones. Hasta que un buen día aparecí en una reunión y demostré, no sé si mi presencia, pero sí mi existencia.
De ahí se armó el Taller de Planes de Estudios del año pasado, y terminé participando y ayudando en lo que pude en la organización del II Encuentro. (Las Actas del I Encuentro me las dieron cuando ya era demasiado tarde como para que se libraran de mí...)
Al II Encuentro vinieron compañeros de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza), y la Universidad Nacional del Comahue (Neuquén). (Ah, también vino una marplatense que embelesó a nuestro compañero José Fargas hasta el punto de que, en medio de la crítica que él iba a hacerle a su ponencia, se retractó; ella, y algún otro estudiante de otra procedencia que se me esté olvidando.) Los cuyanos propusieron que el III Encuentro fuera en Mendoza, y eso generó opiniones encontradas en el GEL, que se siguieron discutiendo este año, cuando la decisión estaba tomada y el Encuentro ya estaba en marcha. El gran desafío era que el III Encuentro no se convirtiera sólo en una interacción bilateral Mendoza-Buenos Aires (o UNCuyo-UBA), porque en tal caso no cumpliría con la intención mucho más amplia de federalizarlo.

(Este era el logo del II Encuentro, que si no me equivoco diseñó Anahí...)

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